lunes, 23 de febrero de 2009

viernes, 20 de febrero de 2009

Je Je Je

Bueno, se acabó mi primer semana de "Back to School" y creo que por ahora tengo algo de tiempo para escribir. Hoy toca el turno a uno de esos posts de "Hola, soy fulano y me gusta bla, bla..."

En situaciones normales, creo que puedo decir sin temor a equivocarme que invierto como un 20% del tiempo que estoy despierto en reír. Creo que todos (o casi todos) alguna vez habrán escuchado aquello de que reír hace bien a la salud y que alarga la vida y que las endorfinas y no se qué. Pues bien, no son los maravillosos efectos secundarios que la risa tiene en el cuerpo y la mente lo que mueve mi "funny bone". (Y miren que los tiene, eh)

Aunque es cierto que en realidad nunca he tenido períodos prolongados de tristeza o depresión ni he vivido cosas realmente duras de esas que resquebrajan el sentido del humor, he llegado gradualmente a la conclusión de que la razón por la cual las carcajadas a menudo llegan fácil es porque mi humor tiene una de dos características: o es muy estúpido o de plano es muy raro.

Casi diario sucede algo así: ya sea que las palabras y/o sintaxis de alguien me parecen hilarantes o que las caras y muecas de la gente en la vida cotidiana me sacan risotadas o que alguien hace algún comentario de esos que demuestran que aunque lees mucho y ves películas y demás, el sentido de la sátira simplemente no puede mantenerse a raya. (Isra y Ek son maestros en eso)
Y entonces, como consecuencia única y natural, la risa estalla. Sonora y políticamente incorrecta. Y todo mi entorno me observa como si de verdad estuviera loco. Como si de verdad sólo yo entendiera por qué aquello es tan gracioso. Ahora, en honor a la verdad esto no siempre pasa pero realmente son muy pocas las personas que comparten esa debilidad por las cosas que me hacen reír.

Pero bueno, para qué les cuento si les puedo ir mostrando por este justo y generoso medio algunas de esas maravillas que la vida tiene y que, según yo, guardan místicas disfrutables e hilarantes momentos de intoxicante risa.

Este video que les mostraré es una de ellas. Simplemente no puedo dejar de reírme cada vez que lo veo. Hay que aceptar que el sujeto tiene su mérito. Si les da risa háganmelo saber, sería interesantísimo saber cuántos sentidos del humor afines hay por ahí. Si no, que conste que lo advertí. Les recomiendo que lo dejen cargar para que lo vean "de corrido".



Por cierto chequen esto. Eso sí es risa políticamente incorrecta y no jaladas.

martes, 17 de febrero de 2009

Nuevas ondas, Ondas nuevas

Últimamente se me ha metido la idea de darle un giro a mis actividades. Intentar cosas que nunca he hecho o que según yo no me gustan o no se me dan. Este blog es un ejemplo de eso. Nunca antes había escrito sistemáticamente; debo aceptar que me está gustando mucho.

Hay, pues, varias cosas que yo pensaba que nunca haría o nunca probaría. Sorpresivamente, al intentarlas (algunas no por primera vez) se han vuelto nuevas y disfrutables facetas de esta vida azarosa y hermosa.

Por ejemplo, en el último año dos cosas han agasajado de nueva forma mi paladar: el sushi y el vino. El primero no lo había probado ya que nunca se me antojó. El segundo lo había probado pero no fue sino hasta hace muy poco que, así nomás, lo empecé a disfrutar. Ambas cosas me gustan mucho hoy en día.

Así como eso, hay muchas cosas que ahora me gustan y antes no: el dibujo (claro que después de la opinión sincera de Isra es claro que debo mejorar mucho mis habilidades de creación gráfica), la cocina, la poesía...

Anticipo así muchas cosas de las que el hipotético lector de este diario se enterará seguramente en un futuro cercano.

jueves, 12 de febrero de 2009

Honor a quien honor merece.

Hoy es uno de esos días de sútiles matices. El clima está igual que ayer; ya sabemos: "Febrero Loco". Los pendientes siguen latentes, como ayer. La Ciudad de México está llena de tráfico y "esmog", como lo ha estado probablemente durante los últimos 20 años. Las rutinas, los espacios, los tiempos; todo sigue igual. Y sin embargo, hoy todo se ha sentido... bien.

Y no es que yo sea un depresivo a quien los estados de armonía le generan un efecto balsámico. Es sólo que hoy me he sentido bien y he estado consciente de ello.

Alguna vez leí o escuché que en esos momentos de bienestar la actitud de gratitud hace maravillas para el alma. He decidido intentarlo. Pero no para conseguir nada en especial. Hoy siento que simplemente... me nace.

Isra y Ek son mis amigos. Recientemente, el primero y yo caímos en la cuenta de que llevamos casi 10 años de conocernos. Tengo 24. De entrada me doy cuenta de que es casi la mitad de mi vida; sin duda la mitad más intensa. Las dos amistades comenzaron de forma indirecta: a uno me lo presentó otro buen amigo; al otro, las circunstancias me obligaron a buscarlo al ser una de las pocas caras conocidas en un ambiente para mí nuevo y hostil. Aunque debo decir que ninguna fue de esas amistades a las que hay que "pedalearles"; en ambos casos encontré solaz inmediato, gratuito.

Cientos de horas de cine, el equivalente al doble (por lo menos) de esas horas de conversaciones, miles de risas, bromas estúpidas pero increíblemente divertidas, corazones rotos y remendados, derrotas abyectas y victorias épicas, estados de conciencia alterada, viajes memorables, barbacoas de aniversario, cambios inevitables y una larga lista de etcéteras. No con cualquiera se pueden compartir todas estas cosas y que el medidor siga contando como si nada; sin perder el interés.

Una de las cosas que he encontrado más difíciles en estos 24 años ha sido precisamente el encontrar, y sobre todo mantener, amigos de verdad. Estos dos de los que les hablo hoy se han mantenido a mi lado; a pesar de la distancia (en tiempo y espacio) siguen estando ahí. Exactamente como el clima, los pendientes, el tráfico, el "esmog", las rutinas, los espacios y los tiempos.

Sé que no lo digo muy seguido. Aún más allá. Sé que a veces actúo como si se me olvidara todo esto que acabo de escribir. Es por eso que hoy, mi actitud de gratitud la quiero dedicar a esos dos. Me conocen tan bien que sé que saben que a veces simplemente me entran sensaciones como la de hoy. Ni modo, clavado e intenso sí soy. Y yo, los conozco tan bien, que sé que son capaces de ofrecerme destilados anti-vampiros y al mismo tiempo responder a la cruda realidad de la mañana siguiente y conseguirme boletos para Radiohead.

Gracias amigos... los quiero.
(Esto va también para el buen Hugo "Strayhorn")

martes, 10 de febrero de 2009

10 pequeñas grandes molestias.

Sí ya sé que es un cliché escribir listas en un blog pero aceptémoslo: ¡Es muy divertido hacerlas!
Por ser la primer lista en el blog decidí hacerla de las cosas que hacen que sienta que me jalan de las greñas. En ningún orden de "nivel de aborrecimiento":

1. Los toques. Me refiero a los de electricidad estática.
2. Los aromatizantes de vainilla para los carros. ¿A quién le gusta eso? Dan náuseas y sólo se mezclan con el olor del polvo.
3. Las aberraciones y atrofias del lenguaje. Como cuando alguien dice "Cuautémo", "nadien" ó "mounstro".
4. Las películas dobladas a español. ¿En serio les da risa la voz que le ponen a Woody Allen? ¿Les suena muy natural?
5. Las telenovelas. Bueno... tantas cosas qué decir...
6. El calor. No me importa lo que digan... es más práctico el clima frío.
7. El sonido de los celulares Motorola cuando se están quedando sin batería. Aunque sé que podría evitar eso si cargara el mío metódicamente.
8. El tequila. Sí ¿y qué?
9. Los antros punchis punchis. Sobre todo los australopithecus que generalmente ponen en las cadenas de la entrada.
10. Las malditas cadenas de email. "Si no reenvías esta cadena a toda tu manzana en menos de un ciclo lunar vendrá un duende maldito que hará que te dé clamidia y tengas 200 años de mala suerte"

Y a ustedes, ¿qué les molesta?

lunes, 9 de febrero de 2009

¡Ceeeerca la balaaaaa!



Ayer en la noche, antes de dormir, estaba pasando los canales en la televisión y me encontré con el show de Penn & Teller. Debo aceptar que, aunque no soy fan religioso de dicho show, ha habido veces que me parece gracioso. El episodio que vi ayer empezó así, de manera graciosa. Pero después de unos minutos, y aunándose al cansancio del día que poco a poco me hacía sucumbir al sueño, éste se empezó a tornar un poco más... mórbido.

El tema: Los Boy Scouts. Penn Jillette comienza recitando el juramento scout y prosigue criticando a diestra y siniestra esta organización; mencionando que le causa "odio y asco". Hasta ahí todo normal. Pero es cuando los entrevistados son presentados que la cosa empieza a decaer. Primero, presentan a un sujeto sajón de cabello rubio, oxigenado. No recuerdo si mencionaron su edad, pero supuse que rondaba los treinta años. El tipo era un "eagle scout" (que entiendo, es el grado máximo) completamente involucrado con el discurso scout (¡¡que lo hay ehh!!). Pseudo-activista y sobre-entusiasta. Cuando lo entrevistan sale diciendo que "es grandiosa la labor que hacen" y que realmente siente que "han contribuido a la sociedad con hombres íntegros y de bien". Dos tomas más. Comentario gracioso de Penn Teller. Y regresamos a nuestro patético scout quien con la misma actitud de cheerleader castrosa dice: "los scouts discriminamos a los homosexuales, los agnósticos, los ateos y las mujeres". Con la mano en la cintura...

Después viene el segundo invitado. Un hombre con quizá una década más de vida que el primero quien después de obtener el grado de eagle scout, decidió salir del clóset... y le dieron cuello. Paralelamente se muestra información de que aparte de tener tintes sectarios, uniformes dudosos y afeminados y reglas extrañas, la organización recibe la mayor parte de sus fondos de la iglesia mormona. En fin, la foto de arriba creo que dice mucho. (Por cierto la página donde encontré esto hospeda un artículo titulado
Boy Scouts Must Be Prepared to Fight Godless Atheism: Bigotry & Discrimination are Needed for Christian Society... sin comentarios).

Había dos invitados más. Un sujeto que escribió un libro ensalzando a la "honorable" organización y una mujer que interpuso una demanda; supongo que porque no la dejaron ser parte de ellos. Y digo supongo porque, como dije antes, el sueño me venció y no terminé de ver el episodio.

Ahora ¿por qué me dejó pensando todo este asunto? A la edad de 8 años, yo mismo me moría de ganas de entrar a los scouts. Se reunían en un parque frente a un negocio que mis padres tenían allá en mi terruño. Al ver a tantos niños de mi edad que jugaban fútbol y amarraban palos hasta formar estructuras curiosas el curioso fui yo. Asistí dos sábados clandestinamente, no necesariamente ocultándome de mis padres pero ya que ellos estaban ocupados trabajando no vi la necesidad de informarles. Al tercer sábado, habían decidido aceptarme. En realidad no me encantaba la compañía de esos niños pero al menos los equipos de fútbol se completaban. Había llovido. Este hecho hizo obvia la naturaleza de mi rito de iniciación: tenía que colocarme encima de cada charco en el parque y hacer 10 lagartijas asegurándome de que mi ropa quedara bien mojada. Lo logré. Así, recibí la autorización de entrar y convertirme en "lobato". También recibí un pedazo de papel que contenía la dirección donde debía comprar el afeminado uniforme que obligatoriamente, so pena de no poder participar, tenía que vestir el sábado siguiente.

Medianamente orgulloso regresé al establecimiento de mis padres. Mi madre, al verme empapado, quiso saber "quién demonios le había hecho eso a su hijo". Yo, como siempre, le dije la verdad. Tajantemente me prohibió que me volviera siquiera a acercar a esas personas.
En ese momento me enojé muchísimo. Lo creí injusto a irracional. Como con muchas otras cosas, su consejo ahora en la distancia, parece muy sabio. Yo también creo que prohibiré a mis hipotéticos hijos varones dicha afiliación.

domingo, 8 de febrero de 2009

¡¡Holy Sh...!!

Disculparán los conocedores de arte pero para los que hasta ahora carecemos de la habilidad de trazar siquiera una casita lo siguiente es realmente asombroso. Desconozco si este individuo, Julian Beever, es famoso pero sin duda debería serlo











Les dejo el link aquí

Y un video del artista trabajando en la primera de estas fotos.

sábado, 7 de febrero de 2009

Pequeña reseña sabatina y matutina

Acabo de terminar un libro. De esos que nos interesan pero por x ó y los dejamos rezagados. Antier lo terminé y pensé en escribir de eso.


Se trata de "El extranjero" de Albert Camus ( /albɛʁ' kamiu'/).
Pasé varios años de mi adolescencia absteniéndome... más bien... alejándome de textos como éste. Por un lado, aún no tenía experiencias que me llevaran a la contemplación reflexiva; por otro, no tuve una adecuada instrucción acerca del propósito de la filosofía en el desarrollo del pensamiento (ni de nada, en realidad).

Hoy sigo sin saber mucho de filosofía. Sin embargo estoy convencido de que ese desarrollo del pensamiento ha hecho una diferencia (la que sea) en nuestra estancia como raza en este planeta.

En fin. "El extranjero" me gustó. Ciertamente no me cambió la vida como muchas opiniones de gente que respeto afirmaban pero me agradaron varias cosas.
Primero que nada disfruté mucho la narrativa; nada pretenciosa, fluida y al punto. Es esta una historia corta que trata con asuntos muy definidos. El personaje principal, Meaursault, presenta, desde mi punto de vista, un claro ejemplo de alexitimia: el tener emociones pero no poder hablar de ellas. Es curioso ver có
mo su entorno se histeriza ante tal posibilidad. Este hombre se da cuenta de ello pero no cambia, no puede y no quiere. No entiende cuál es el gran problema de no darle mucha importancia en realidad a nada; ni a la muerte de su madre, ni al abuso y sufrimiento ajenos, ni al hecho de matar a un árabe a balazos.

Yo he compartido esa sensación alguna vez. El hecho de sentir que, por alguna razón, el entorno se agita ante alguna cierta actitud propia; como si de verdad hubiese un compromiso cósmico y estricto de por medio.(Claro que yo nunca he matado a un árabe)

Siempre he sentido, también, que como a Meaursault, a todos nos ha tocado tener jueces y jurados que pueden ver a través de eso y que, como nos conocen, se han curado de espanto.

¿Qué opinan?

viernes, 6 de febrero de 2009

En tiempos de Obama y Benjamin Button.



Así creo que recordaré las fechas en que decidí empezar un blog. No podría decir a ciencia cierta qué me motivó a hacerlo. Tal vez el hecho de estar de vacaciones después de un arduo y extraño semestre; tal vez porque he leído un par de ellos recientemente y me han parecido interesantes. El chiste es que al despertar ahí estaba: la curiosidad, el gusanito... ya saben. Creo sin duda que a nivel terapéutico puede ser toda una experiencia ya que nunca he escrito de forma metódica; ni un diario, ni emails a mis seres queridos... nada. Lo mío es hablar en realidad.

Así pues, hoy decidí experimentar. Al ser nuevo en esto no tengo bien claro qué escribiré subsecuentemente aquí, pero espero que, así como he podido ver en otros casos, lo que escriba genere espacio para intercambio de opiniones... eso!!! Creo que es eso lo que me llama la atención...en fin. En tiempos de Obama y Benjamin Button... (no he visto ni a uno ni al otro).