Ayer en la noche, antes de dormir, estaba pasando los canales en la televisión y me encontré con el show de Penn & Teller. Debo aceptar que, aunque no soy fan religioso de dicho show, ha habido veces que me parece gracioso. El episodio que vi ayer empezó así, de manera graciosa. Pero después de unos minutos, y aunándose al cansancio del día que poco a poco me hacía sucumbir al sueño, éste se empezó a tornar un poco más... mórbido.
El tema: Los Boy Scouts. Penn Jillette comienza recitando el juramento scout y prosigue criticando a diestra y siniestra esta organización; mencionando que le causa "odio y asco". Hasta ahí todo normal. Pero es cuando los entrevistados son presentados que la cosa empieza a decaer. Primero, presentan a un sujeto sajón de cabello rubio, oxigenado. No recuerdo si mencionaron su edad, pero supuse que rondaba los treinta años. El tipo era un "eagle scout" (que entiendo, es el grado máximo) completamente involucrado con el discurso scout (¡¡que lo hay ehh!!). Pseudo-activista y sobre-entusiasta. Cuando lo entrevistan sale diciendo que "es grandiosa la labor que hacen" y que realmente siente que "han contribuido a la sociedad con hombres íntegros y de bien". Dos tomas más. Comentario gracioso de Penn Teller. Y regresamos a nuestro patético scout quien con la misma actitud de cheerleader castrosa dice: "los scouts discriminamos a los homosexuales, los agnósticos, los ateos y las mujeres". Con la mano en la cintura...
Después viene el segundo invitado. Un hombre con quizá una década más de vida que el primero quien después de obtener el grado de eagle scout, decidió salir del clóset... y le dieron cuello. Paralelamente se muestra información de que aparte de tener tintes sectarios, uniformes dudosos y afeminados y reglas extrañas, la organización recibe la mayor parte de sus fondos de la iglesia mormona. En fin, la foto de arriba creo que dice mucho. (Por cierto la página donde encontré esto hospeda un artículo titulado Boy Scouts Must Be Prepared to Fight Godless Atheism: Bigotry & Discrimination are Needed for Christian Society... sin comentarios).
Había dos invitados más. Un sujeto que escribió un libro ensalzando a la "honorable" organización y una mujer que interpuso una demanda; supongo que porque no la dejaron ser parte de ellos. Y digo supongo porque, como dije antes, el sueño me venció y no terminé de ver el episodio.
Ahora ¿por qué me dejó pensando todo este asunto? A la edad de 8 años, yo mismo me moría de ganas de entrar a los scouts. Se reunían en un parque frente a un negocio que mis padres tenían allá en mi terruño. Al ver a tantos niños de mi edad que jugaban fútbol y amarraban palos hasta formar estructuras curiosas el curioso fui yo. Asistí dos sábados clandestinamente, no necesariamente ocultándome de mis padres pero ya que ellos estaban ocupados trabajando no vi la necesidad de informarles. Al tercer sábado, habían decidido aceptarme. En realidad no me encantaba la compañía de esos niños pero al menos los equipos de fútbol se completaban. Había llovido. Este hecho hizo obvia la naturaleza de mi rito de iniciación: tenía que colocarme encima de cada charco en el parque y hacer 10 lagartijas asegurándome de que mi ropa quedara bien mojada. Lo logré. Así, recibí la autorización de entrar y convertirme en "lobato". También recibí un pedazo de papel que contenía la dirección donde debía comprar el afeminado uniforme que obligatoriamente, so pena de no poder participar, tenía que vestir el sábado siguiente.
Medianamente orgulloso regresé al establecimiento de mis padres. Mi madre, al verme empapado, quiso saber "quién demonios le había hecho eso a su hijo". Yo, como siempre, le dije la verdad. Tajantemente me prohibió que me volviera siquiera a acercar a esas personas.
En ese momento me enojé muchísimo. Lo creí injusto a irracional. Como con muchas otras cosas, su consejo ahora en la distancia, parece muy sabio. Yo también creo que prohibiré a mis hipotéticos hijos varones dicha afiliación.
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